Me apetecía mucho hablaros de mi experiencia con este aceite.
Tenía ganas de hablar de un aceite, porque normalmente la fama que tienen para uso facial no es buena.
Huimos de los aceites porque pensamos que nos van a aportar mucho brillo, incluso pensamos en granitos… Y como todo depende de qué y cómo.
Os cuento un poquito más sobre el aceite de jojoba puro.
¿Para qué lo uso?
Lo uso principalmente en dos momento:
– Por un lado mezclado con una bruma hidratante y un tónico para preparar la piel previo al maquillaje.
– Por otro lado mezclado con una emulsión hidratante. Nos ayuda a enriquecer la emulsión que usamos a diario en nuestra piel.
En mi caso tengo una piel con mucha facilidad para deshidratarse, por eso siempre ando investigando cual es la mejor forma para mantener la hidratación, que por otro lado es algo muy importante en la piel.
¿Qué consigo?
Una piel más hidratada por más tiempo, más luminosa , más flexible.
¿Cómo lo uso?
Este es un punto importante, porque lo necesario en cada aplicación es de 2 o 3 gotas, nada más.
Propiedades:
Aumenta la suavidad de la piel en un 37%.
Reduce las lineas y arrugas faciales proporcionando un aspecto suave y rejuvenecido.
Aporta una excelente hidratación en las pieles mas sensibles.
No es comedogènico (no produce granitos), al contrario, disuelve la grasa, lo que lo hace imprescindible en tratamientos antiacné y en pieles mixtas.
Beneficios:
Contiene un 96% de ceramidas. Les ceramidas cubren las celulas epidermicas y equilibran la hidratación de la piel.
Contiene vitamina E que actua sobre los radicales libres, responsables del envejecimiento prematuro.
Rica en ácidos grasos que actúan como regeneradores dérmicos.